YEDA.- ¿Hace falta mencionarlo ahora? ¿Justo cuando la eliminación en Rusia todavía está fresca, cuando Lionel Messi está ausente voluntariamente y cuando todavía no hay un técnico oficial? Quizás no haga falta pero quizás sea la fórmula para empezar a solucionarlo. Luego de la derrota agónica ante Brasil, ayer en Arabia Saudita, hay algo que se confirma: Argentina no puede contra las potencias futbolísticas.
¿Será porque ya no lo es? El hecho de que no gane un título oficial desde 1993 (Copa América en Ecuador) ya es un indicio fuerte. Muchas veces quedó a las puertas (Copa América 2004 y 2007, Copa Confederaciones 2005, Mundial 2014) pero no lo logró.
A eso, hay que sumarle la información consignada arriba: además de sequía de títulos sufre la de triunfos ante potencias. La última vez que Argentina le ganó en tiempo regular un partido oficial a una potencia futbolística (llámense los grandes de Europa o Brasil) fue en la Copa América 1991, en Chile. En ese caso, también fue Brasil, el rival que ayer lo dominó por momentos pero que no pudo romper el cero sino hasta el minuto 93, con una grosera falla defensiva.
El 3-2 en esa Copa América fue la última vez que Argentina ganó un partido de los “importantes”. En el medio, hubo triunfos por penales y derrotas, muchas derrotas. En total, según el periodista Mauricio Coccolo, Argentina jugó contra las potencias europeas 27 veces, de las cuales ganó seis, empató nueve y perdió 12.
Ayer, la potencia era su clásico rival y pese a que le hizo partido, se notó cuál es la Selección que tiene un proyecto y cual no. Cuál es la que sabe ganar los partidos grandes y cuál no. (Especial)